Historia del Arte de tejer con ganchillo o crochet


Se cree que el ganchillo o crochet evolucionó a partir de las prácticas tradicionales árabes, sudamericanas o chinas pero no existen pruebas contundentes hasta que se popularizó en Europa en el siglo XVI. Las primeras referencias escritas se remontan a la obra shepherds's knitting del libro The Memoirs of a Highland Lady de Elizabeth Grant en 1812. Los primeros patrones publicados aparecieron en la revista alemana Pénelopé en 1824. Otra de las pruebas de que el ganchillo era una técnica nueva durante el siglo XIX es la publicación de A Winter's Gift en 1847, con detalladas instrucciones para realizar los puntos, aunque es de suponer que los lectores entendían los pasos básicos de otras labores de aguja. Precoces referencias a esta labor en Godey's Lady's Book (1846-47) aluden al Crotchet antes de que su grafía se estandarizara en 1848.


Algunos escritores especulan que esta técnica era de hecho utilizada por antiguas culturas; pero para tejer, en lugar del típico ganchillo, usaban el dedo índice flexionado, por lo cual no quedaron objetos que confirmen esta práctica. Sin embargo, arguyen la simplicidad de la técnica para proclamar que "debió" existir en periodos antiguos.

Otros escritores apuntan que los tejidos, las urdimbres tricotadas y anudadas sobreviven desde edades muy tempranas, sin embargo no existen evidencias de muestras de tejidos hechos en ganchillos en ninguna colección etnológica o de procedencia arqueológica previa a 1800. Estos escritores señalan las agujas de bordado usadas en bordados sobre bastidor en Francia en el siglo XVIII para aseverar que la técnica de hacer lazos en un entramado fino con bastidor evolucionó hasta la del ganchillo sin bastidor.

Historia

A lo largo de todo el mundo el ganchillo se convirtió en una próspera industria casera, en especial en Irlanda y el norte de Francia, sosteniendo comunidades cuyo modo de vida tradicional había sido dañado por las guerras, fluctuaciones en la agricultura y el uso de la tierra y las malas cosechas. Las mujeres, e incluso a veces los niños, se quedaban en casa y tejían ropa, mantas, etc. para conseguir dinero. Los artículos eran comprados principalmente por la emergente clase media.

La introducción del ganchillo como imitación de un símbolo de prestigio, más que una artesanía única por sí misma, había estigmatizado la práctica corriente. Aquellos que podían permitirse el lujo de encajes elaborados por métodos más caros y antiguos desdeñaban el ganchillo como una copia barata. Esta impronta fue en parte mitigada por la reina Victoria, quien de forma abierta compraba encajes de ganchillo artesanales de Irlanda e incluso aprendió ella misma a tejer. Se considera que la inventora del crochet irlandés fue mademoiselle Riego de la Branchardière alrededor de 1842 quien publicó patrones e instrucciones para reproducir encaje de bolillos y filtiré con esta técnica, junto con muchas publicaciones para elaborar ropa tejida a ganchilllo en lana. Los patrones disponibles ya en la década de 1840 eran variados y complejos.



Los ganchillos se comercializan de diferentes medidas y materiales. Los más empleados son los de acero, sobre todo para labores con hilo fino de algodón y perlé. Los de aluminio son adecuados para hilos más gruesos y los de plástico para hilos de lana de grosor medio.

Existen también ganchillos artesanales, la mayoría tallados en madera y algunos decorados con piedras semipreciosas o abalorios.

Fuente: Wikipedia
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